UNASUR



La Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR, es una organización internacional creada en 2008 como impulso a la integración regional en materia de energía, educación, salud, ambiente, infraestructura, seguridad y democracia. Sus esfuerzos están encaminados a profundizar la unión entre las naciones suramericanas, bajo el reconocimiento de sus objetivos regionales, fortalezas sociales y recursos energéticos. La República Argentina, el Estado Plurinacional de Bolivia, la República Federativa del Brasil, la República de Colombia, la República de Chile, la República del Ecuador, la República Cooperativa de Guyana, la República del Paraguay, la República del Perú, la República de Suriname, la República Oriental del Uruguay y la República Bolivariana de Venezuela son sus doce Estados miembros. Por la diversidad de países miembros, las lenguas oficiales son el español, el inglés, portugués y neerlandés. Todas las acciones de la UNASUR se dirigen a la construcción de una identidad regional, apoyada en una historia compartida y bajo los principios del multilateralismo, vigencia del derecho en las relaciones internacionales y el absoluto respeto de los derechos humanos y los procesos democráticos. "La Unión de Naciones Suramericanas tiene como objetivo construir, de manera participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus pueblos, otorgando prioridad al diálogo político, las políticas sociales, la educación, la energía, la infraestructura, el financiamiento y el medio ambiente, entre otros, con miras a eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social y la participación ciudadana, fortalecer la democracia y reducir las asimetrías en el marco del fortalecimiento de la soberanía e independencia de los Estados" Tratado Constitutivo. Brasilia, 23 de mayo de 2008
Hilo integrador

El evento que abrió el camino definitivo a la constitución de la UNASUR fue la creación de la Comunidad Suramericana de Naciones, CSN, durante la tercera Reunión de Presidentes de América del Sur, el 8 de diciembre de 2004 en Cuzco, Perú. La CSN nació para unir dos grandes fuerzas regionales: el grupo de naciones miembros del Mercado Común del Sur, Mercosur, y el bloque oeste conformado por la Comunidad Andina, CAN.

Durante dos reuniones de la CSN efectuadas en 2005 en Brasilia y Cochabamba, los líderes de los países miembros establecieron el plan estratégico y líneas de acción para la concreción de una agenda común de oportunidades y desafíos.




No obstante, fue la primera Cumbre Energética Suramericana que tuvo lugar en abril de 2007 en la Isla de Margarita, Venezuela, el encuentro que fijó prioridades y la CSN cambió su nombre por la UNASUR.

En 2008 y luego de sucesivos acercamientos iniciados con la primera Reunión de Presidentes de América del Sur en el año 2000, se efectuó en Brasil la Reunión Extraordinaria del Consejo de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno que aprobó el Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR, designando como sede permanente de la Secretaría General a Quito, capital del Ecuador, y del Parlamento a Cochabamba, Bolivia.


Una vez aprobado el Tratado Constitutivo el 23 de mayo de 2008, la UNASUR efectúa una reunión anual de Jefes de Estado, un encuentro semestral para Ministros de Relaciones Exteriores y una Presidencia con rotación anual para la organización. La primera Presidencia Pro Tempore fue asumida por Michelle Bachelet, presidenta de Chile.

Ese mismo año, se constituyeron los primeros Consejos para atender temas específicos: el Consejo de Defensa Suramericano y el Consejo de Salud Suramericano.

En 2009, la Presidencia Pro Tempore pasa a la nación ecuatoriana con Rafael Correa y se conformaron los Consejos Suramericanos de Lucha contra el Narcotráfico, de Infraestructura y Planeamiento, de Desarrollo Social y de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología e Innovación.

Al año siguiente, Néstor Kirchner fue designado primer Secretario General de la UNASUR para un periodo de dos años, ampliando el rango de acción política de la Unión. Entretanto, Rafael Correa entrega la Presidencia Pro Tempore a Bharrat Jagdeo, mandatario de Guyana y se crea el Consejo Suramericano de Economía y Finanzas.

Ante los atentados contra la democracia en el Ecuador, perpetrados durante el mismo año, y la muerte de Néstor Kirchner, se aprobó el Protocolo Adicional al Tratado Constitutivo de UNASUR sobre el Compromiso con la Democracia y las discusiones se centraron en la elección de un nuevo Secretario General.

Al entrar en vigencia el Tratado Constitutivo en marzo de 2011, se nombraron los Secretarios Generales para los periodos 2011-2012 y 2012-2013, la Excanciller colombiana, María Emma Mejía, y el Excanciller venezolano, Alí Rodríguez Araque, respectivamente.

 el primer periodo, se aprobó la formación del Centro de Estudios Estratégicos de Defensa (CEED) y las Naciones Unidas (UN) otorgaron a UNASUR el carácter de miembro observador. También en 2011, se crea el Consejo Electoral de UNASUR, cuya primera misión electoral fueron las elecciones presidenciales de Venezuela el 7 de octubre de 2012.

La Unión de Naciones Suramericanas impulsa una serie de proyectos a largo plazo que integrarán a Suramérica en forma y fondo: la construcción de una carretera interoceánica que abrirá el paso de Brasil hacia el Océano Pacífico, el establecimiento del libre comercio y en un futuro, probablemente una moneda única.


La visión de la UNASUR es el desarrollo regional sostenido por la unión de sus partes soberanas: naciones en paz, prósperas, con sentido de pertenencia y ciudadanía suramericana.


Grupo de los Tres






Grupo de los Tres

El Tratado del Grupo de los Tres (G-3), integrado por México, Colombia y Venezuela, se firmó 13 de junio de 1994 y entró en vigor el 1 de enero de 1995. El comercio entre Colombia y Venezuela seguirá rigiéndose por el acuerdo de Cartagena. (Grupo Andino).Conforme al acuerdo del Grupo de los Tres, se eliminarán totalmente los aranceles aduaneros a lo largo de un período de 10 años. Las excepciones son especialmente importantes en el sector agrícola. A diferencia de la mayoría de los acuerdos comerciales entre países de América Latina, el acuerdo del Grupo de los Tres no sólo contiene disposiciones sobre aranceles, sino que se refiere: asuntos tales como derechos de propiedad intelectual, servicioscompras gubernamentales, e inversiones.

El tratado busca un acceso amplio y seguro a los respectivos mercados, a través de la eliminación gradual de aranceles, reconociendo los sectores sensibles de cada país. Establece disciplinas para asegurar que la aplicación de las medidas internas de protección a la salud y la vida humana, animal y vegetal, del ambiente y del consumidor, no se conviertan en obstáculos innecesarios al comercio. Igualmente fija disciplinas para evitar las prácticas desleales de comercio y contiene un mecanismo ágil para la solución de las controversias que puedan suscitarse en la relación comercial entre los países.

La inclusión de una cláusula de adhesión dentro del tratado, se permite la integración a este instrumento comercial de otras naciones latinoamericanas.

Antecedente histórico del Grupo de los tres


Tuvo sus inicios en el Grupo contadora y la Comunidad Europea que decidieron crear el G-3: En Octubre de 1.989 ocurrió la primera reunión de Río, México, Colombia y Venezuela acordaron acelerar la integración económica y armonización de sus políticas macroeconómicas.

En 1.990 se define la creación de una zona de libre comercio por parte de los tres países, la firma del tratado se había previsto inicialmente, para Enero de 1.994, pero se postergo varias veces hasta realizarse en Junio 20 de 1.994, dentro del marco de la cuarta cumbre Iberoamericana de Cartagena. Empezó a regir el 1 de Enero de 1.995. El grupo de los tres concluyó el 12 de Mayo de 1.994 un acuerdo de libre comercio que entró en vigencia el 1 de Enero de 1.995.

Objetivo General

·         Crear un espacio libre de restricciones, prevaleciendo el libre flujo de mercancías y la libre competencianormas técnicascalidad de los productos y el crecimiento económico continuo, además de ampliar los vínculos comercial y económico entre los países signatarios.

Objetivos Específicos

Ø  Estimular la expansión y diversificación comercial.
Ø  Eliminar las barreras al comercio y facilitar la circulación de bienes y servicios.
Ø  Promover condiciones de competencia leal en el comercio.
Ø  Aumentar sustancialmente las oportunidades de inversión.
Ø  Proteger y hacer valer, adecuada y efectivamente, los derechos de propiedad intelectual.
Ø  Establecer lineamientos para la ulterior cooperación a nivel bilateral, regional y multilateral, ampliando y mejorando los beneficios del Tratado.
Ø  Crear procedimientos eficaces para la aplicación y cumplimiento del Tratado, su administración conjunta y solución de controversias.
Ø  Propiciar relaciones equitativas reconociendo los tratamientos diferenciales establecidos en la ALADI
Ø  Aquellos relacionados con los procesos de integración latinoamericana.
Ø  Fomentar la participación dinámica de los distintos agentes económicos, en particular del sector privado, en los esfuerzos orientados a profundizar las relaciones económicas entre las Partes y a desarrollar.
Ø  Fortalecer los lazos especiales de amistadsolidaridad y cooperación entre sus pueblos.
Ø  Contribuir al desarrollo armónico, a la expansión del comercio mundial y a la ampliación de la cooperación internacional.
Ø  Crear un mercado ampliado y seguro para los bienes y los servicios producidos en sus territorios.
Ø  Reducir las distorsiones en el comercio.
Ø  Establecer reglas claras y de beneficio mutuo para su intercambio comercial.
Ø  Asegurar un marco comercial previsible para la planeación de las actividades productivas y la inversión.
Ø  Fortalecer la competitividad de sus empresas en los mercados mundiales.
Ø  Alentar la innovación y la creatividad mediante la protección de los derechos de propiedad intelectual.
Ø  Crear nuevas oportunidades de empleo, mejorar las condiciones laborales y los niveles de vida en sus respectivos territorios.
Ø  Preservar su capacidad para salvaguardar el bienestar público.

Características del grupo de los tres

El Grupo de los Tres estipula que cada país conservara su esquema de fortalecimiento a las Exportaciones, lo cual garantiza para Colombia el mantenimiento del Plan Vallejo.
La base del tratado es el programa de desgravación que sé cumplirá gradualmente en un plazo de diez años.
Al nivel actual de arancel de cada país se le aplica una rebaja del 28% en el caso de México y del 12% para Venezuela y Colombia, y de allí arranca la desgravación.

Ventajas Del Grupo De Los Tres

El Grupo de los Tres brinda posibilidades de aumentar el comercio reciproco, diversificar exportaciones y aprovechar las ventajas derivadas del acuerdo.

Ø  Mercados ampliados permiten la utilización de economías de escala.
Ø  Beneficios alcanzados en el acuerdo de alcance parcial.
Ø  Proyección de la región fronteriza Colombo-Venezolana y mejores relaciones con el vecino país.
Ø  Los productos que van desde Colombia a México reciben actualmente una rebaja en el arancel del 28% y aquellos que entran ahora tendrán un 12% de rebaja.
Ø  La posibilidad de acceso al Nafta.
Ø  El grupo de los tres presenta un escenario favorable para los países del mar caribe y la posibilidad de crear un espacio de comunicación a través de Centroamérica.
Ø  Existen posibilidades de inversión por parte de empresas mexicanas en Colombia.
Ø  Los tres países tienen elementos que facilitan el acuerdo.

Desventajas del grupo de los tres

Ø  Afectaría las nuevas producciones industriales del país como consecuencia de la competencia mexicana.
Ø  Exclusión de la mayoría de los productos agrícolas del programa.
Ø  Diferencias en el desarrollo y la eficiencia de los sectores económicos de los países miembros.
Ø  Problemas con los compromisos arancelarios.
Ø  Proceso de integración latinoamericana y disperso.
Ø  La falta de estudios sectoriales da lugar a desbalances en las condiciones de producción por los menores costos de las materias primas para México.
Ø  Deficiencias venezolanas en materia financiera, aduanera y laboral.

Desgravación

Ø   Para los productos que se encuentran en el acuerdo de alcance parcial, el arancel será (0) partir del 2 de enero de 1.995
Ø     La desgravación de los demás productos será a 10 años en forma lineal.
Ø    En México la base de la desgravación de los demás productos será el arancel vigente en el inicio del programa.
Ø     Entre México y Venezuela no habrá desgravación arancelaria en el área de textiles.
Ø     En agricultura se excluyen los puntos sensibles para los tres países.
Ø     Colombia y Venezuela hicieron la concesión, para la totalidad de los productos, de un 50% de preferencias arancelaria.
Ø  Las preferencias concedidas por Colombia y Venezuela a los productos Mexicanos serán cerca del 10%.
Uno de los objetivos básicos del Grupo de los Tres ha sido la ampliación de la complementación económica sectorial, por ello, entre las acciones acordadas en la Cumbre de Caracas (7 y 8 de abril de 2001) para el fortalecimiento del mecanismo en esta materia se acordó:

Ø  instruir a la Comisión Administradora del TLC a redoblar esfuerzos para materializar los compromisos de profundización del mismo.
Ø  a celebrar una reunión de la Comisión Administradora para atender los puntos de la Agenda comercial del relanzamiento del G-3.
Ø  invitar a los sectores empresariales a que realicen encuentros trilaterales regulares e informen de sus resultados en las reuniones presidenciales.
Ø  a reactivar y adecuar las funciones y alcances del comité de la micro, pequeña y mediana empresa del TLC, a fin de impulsar el aprovechamiento del potencial de los beneficios del Tratado y propiciar una mayor participación de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) en la complementación económica trilateral.




El Alba



¿Qué es el Alba?


La Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) es, fundamentalmente, un modelo de integración de los Pueblos del Caribe y América Latina quienes comparten espacios geográficos, vínculos históricos y culturales, necesidades y potencialidades comunes.

Se trata, entonces, de un esquema de integración basado en principios de cooperación, solidaridad y complementariedad, que surge como una alternativa al modelo neoliberal, el cual no ha hecho más que profundizar las asimetrías estructurales y favorecer la acumulación de riquezas a minorías privilegiadas en detrimento del bienestar de los pueblos.

El ALBA se fundamenta en la creación de mecanismos para fomentar ventajas cooperativas entre las naciones que permitan compensar las asimetrías existentes entre los países del hemisferio. Intenta atacar los obstáculos que impiden la verdadera integración como son la pobreza y la exclusión social; el intercambio desigual y las condiciones inequitativas de las relaciones internacionales, el acceso a la información, a la tecnología y al conocimiento; aspira a construir consensos, para repensar los acuerdos de integración en función de alcanzar un desarrollo endógeno nacional y regional que erradique la pobreza, corrija las desigualdades sociales y asegure una creciente calidad de vida para los pueblos. En ese sentido, la construcción del ALBA en el Caribe afianzará el desarrollo endógeno, soberano y equilibrado de los países de la región.

Su principio está basado en la cooperación de fondos compensatorios para corregir las disparidades que colocan en desventaja a los países de menor desarrollo frente a los desarrollados.

Por esta razón la propuesta del ALBA le otorga prioridad a la integración latinoamericana y a la negociación en bloques sub-regionales, abriendo nuevos espacios de consulta a los fines de profundizar el conocimiento de nuestras posiciones e identificar espacios de interés común que permitan constituir alianzas estratégicas y presentar posiciones similares en el proceso de negociación.

El ALBA es una propuesta enfocada a construir consensos que conlleven a repensar los acuerdos de integración en función de alcanzar un desarrollo endógeno nacional y regional que contribuya a erradicar la pobreza, corrija las desigualdades sociales y asegure una creciente calidad de vida para los pueblos. La propuesta del ALBA se suma al despertar de la conciencia expresada en la emergencia de un nuevo liderazgo político, económico, social y militar en América Latina y el Caribe; hoy más que nunca, conviene relanzar la unidad latinoamericana y caribeña.

Principios rectores del ALBA


1.    La integración neoliberal prioriza la liberalización del comercio y las inversiones, en cambio la Alternativa Bolivariana para América Latina (ALBA) es una propuesta que centra su atención en la lucha contra la pobreza y la exclusión social.
2.    En la propuesta del ALBA se le otorga una importancia crucial a los derechos humanos, laborales y de la mujer, a la defensa del ambiente y a la integración física.

3.    En el ALBA, la lucha contra las políticas proteccionistas y los ruinosos subsidios de los países industrializados no puede negar el derecho de los países pobres de proteger a sus campesinos y productores agrícolas.

4.    Para los países pobres donde la actividad agrícola es fundamental, las condiciones de vida de millones de campesinos e indígenas se verían irreversiblemente afectadas si ocurre una inundación de bienes agrícolas importados, aún en los casos en los cuales no exista subsidio.
5.    5. La producción agrícola es mucho más que la producción de una mercancía, es la base para preservar opciones culturales, es una forma de ocupación del territorio, define modalidades de relación con la naturaleza, tiene que ver directamente con la seguridad y autosuficiencia alimentaria. En estos países la agricultura es, más bien, un modo de vida y no puede ser tratado como cualquier otra actividad económica.

6.    ALBA tiene que atacar los obstáculos a la integración desde su raíz, a saber:
a.    La pobreza de la mayoría de la población;
b.    Las profundas desigualdades y asimetrías entre países
c.    Intercambio desigual y condiciones inequitativas de las relaciones internacionales
d.    El peso de una deuda impagable
e.    La imposición de las políticas de ajuste estructural del FMI y el BM y de las rígidas reglas de la OMC que socavan las bases de apoyo social y político.
f.     Los obstáculos para tener acceso a la información, el conocimiento y la tecnología que se derivan de los actuales acuerdos de propiedad intelectual; y,
g.    Prestar atención a los problemas que afectan la consolidación de una verdadera democracia, tales como la monopolización de los medios de comunicación social.

7. Enfrentar la llamada Reforma del Estado que sólo llevó a brutales procesos de desregulación, privatización y desmontaje de las capacidades de gestión pública.

8. Como respuesta a la brutal disolución que éste sufrió durante más de una década de hegemonía neoliberal, se impone ahora el fortalecimiento del Estado con base en la participación del ciudadano en los asuntos públicos.

9. Hay que cuestionar la apología al libre comercio, como si sólo esto bastara para garantizar automáticamente el avance hacia mayores niveles de crecimiento y bienestar colectivo.

10 Sin una clara intervención del Estado dirigida a reducir las disparidades entre países, la libre competencia entre desiguales no puede conducir sino alfortalecimiento de los más fuertes en perjuicio de los más débiles.

11. Profundizar la integración latinoamericana requiere una agenda económica definida por los Estados soberanos, fuera de toda influencia nefasta de los organismos internacionales.

El Alba en el Caribe
 

El ALBA adquiere una dimensión especial en el Caribe por la existencia de condiciones objetivas que permitirían avanzar rápidamente en el proceso de integración a través del desarrollo de un programa de cooperación integrado y consistente, orientado a construir las bases del desarrollo socioeconómico sostenible y la consolidación de una comunidad de naciones. Destaquemos, entonces, que las propuestas del Alba para el Caribe no pretende entrar en conflicto con los acuerdos multilaterales o subregionales existentes, sino que, por el contrario deben ser asumidos como complementarios.

Por ello, las iniciativas deben mantener una visión sistémica e integradora, tomándose en cuenta la complejidad de los procesos y la inseparabilidad de las dimensiones política, social, económica, cultural, ambiental, de seguridad y soberanía de los pueblos del
Caribe.

El Caribe es un reservorio de riquezas energéticas, acuícola y es rica en yacimientos de minerales estratégicos. Se trata de una región llamada a convertirse en una potencia turística mundial y de prestación de servicios marítimos por su ubicación geoestratégica. Es asimismo, una zona de amplio y rico perfil cultural y étnico.
Por otro lado, la comunidad de naciones caribeñas ostentan un peso político importante en organismos multilaterales internacionales como la ONU y la OEA y que le valen una importante capacidad de negociación a la hora de la toma de decisiones.

Sin duda, todas estas capacidades se potenciarían en el marco de un proceso de integración como el que propone el ALBA. El Caribe es un mercado relativamente pequeño, de 36.25 millones de habitantes. Sumando a la CARICOM (15,7 millones), Cuba (11.3 millones) y República Dominicana (9,1 millones): la región alcanza los 62,8 millones de habitantes, si incluimos a Venezuela; el PIB de la región alcanza los 80.000 MM USD de los cuales el 36.25% (28.000 MM

La Celac

La Celac y la integración latinoamericana y caribeña





La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) representa un esfuerzo de integración política superior en América Latina y el Caribe, que surgió impulsado por el liderazgo de las dos potencias regionales, México y Brasil. Ante las dificultades para  articular la diversidad, emerge una voluntad política renovada  en torno de la integración y, en especial, de un nuevo regionalismo. Los trabajos que desarrollen Chile durante este año, Cuba en 2013 y Costa Rica en 2014 serán determinantes para el éxito de esta nueva y pujante iniciativa de integración política latinoamericana y caribeña


 La integración es un camino para posibilitar que mejoren las con­diciones de la inserción internacio­nal, para ampliar y consolidar el de­sarrollo otorgándole sustentabilidad –y a la vez mejorar el bienestar de la población– y para afianzar la estabi­lidad y la paz. Esto significa que la integración debe constituirse en un proyecto político estratégico, y la base esencial para ello es pensar y sentir de manera compartida, para construir una voz común en áreas sustantivas que permitan alcanzar las metas antes señaladas.  Este proyecto político estratégico1 pro­movido por los procesos de integra­ción resulta necesario en tiempos de globalización. La globalización es el factor que mayor incidencia tiene en el sistema internacional, el elemento crucial en las relaciones de poder mundial, con excepción del poder militar. El peso de las variables externas es cada vez mayor en la política interna; de allí la importancia de generar visiones, orientaciones y coordinaciones sobre este conjunto de temas que se ven acelerados con los cambios globales.

Hasta el momento, la región ha demostrado ser incapaz de plantear un proyecto político estratégico que le permita presentarse como actor importante y unido en el escenario internacional. La fragmentación que evidencia América Latina y el Caribe tiene consecuencias negativas, particularmente porque la hace más vulnerable al impacto de la globalización, le impide percibir los frutos de los aspectos positivos y abre mayores espacios para el influjo del «lado oscuro» de la globalización. En síntesis, aumentan los costos de transacción para todos, independientemente del tipo de proyecto político nacional que se impulse.
Durante los últimos años se desarrollaron en América Latina y el Caribe iniciativas y acuerdos significativos que podrían contribuir a generar un mejor clima para esos procesos, abriendo oportunidades de cooperación recíproca y generando espacios de beneficios mutuos.

Existe cierto consenso en que América Latina y el Caribe apunta hacia la constitución de una nueva forma de regionalismo e integración2, en el marco de la cual priman los aspectos políticos sobre los comerciales y la cuestión de la soberanía ha adquirido especial importancia. A esta tendencia, que es más evidente en los países sudamericanos, se debe sumar el hecho de que los nuevos instrumentos creados por este tipo de regionalismo, como por ejemplo la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (alba), reivindican, en el primer caso, los esfuerzos puramente suramericanos, y en ambos, la identidad regional. En los países centroamericanos y México, donde los vínculos con Estados Unidos son más estrechos y continúan dándose en condiciones de poder desiguales, los proyectos de integración regional no han adquirido ese fuerte componente político, por lo que sigue siendo el componente principal el comercial. Los esfuerzos en este ámbito desarrollados desde el Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla no son comparables a los desarrollados desde la Unasur y el alba. La importancia de privilegiar la dimensión política y de cooperación de los procesos de integración debe ser enfatizada. La integración como objetivo histórico no puede y no debe ser equiparada con los procesos de apertura comercial. De hecho, esta apertura tiene sentido y adquiere gravitación si viene acompañada de procesos de armonización y articulación regional crecientes, basados en un efectivo diálogo político, sustentados en una adecuada normativa y acompañados por una mínima estructura institucional, para afianzar el proceso.

El tránsito desde la soberanía tradicional a una de carácter agregado, producto de la asociación, es aún lento. Los tiempos de construcción de acuerdos vinculantes y de marcos institucionales de complementación y asociación efectivos son prolongados. En la actualidad, los procesos integradores sufren de un déficit de certidumbre respecto a la aplicación de los acuerdos adoptados. Estos, incluso siendo vinculantes, no se cumplen.

El surgimiento de esta nueva forma de regionalismo, si bien tiene un claro énfasis regional, al mismo tiempo pareciera apuntar a la promoción a escala global del desarrollo de un multilateralismo cooperativo. Bajo esta nueva lógica se desarrollan los esfuerzos en torno de la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) como forma de potenciar el propio regionalismo latinoamericano que logre concertación y cooperación intrarregión, pero que además posicione a América Latina y el Caribe como actor político global.

Camino a la conformación de una comunidad de Estados latinoamericanos y caribeños

Si bien la idea de crear una organización de Estados latinoamericanos y caribeños no es nueva, su necesidad ha sido señalada por numerosos líderes de la región y fue estudiada por el Grupo de Río. La creación de la Celac se desprendió principalmente de los esfuerzos concretos de dos de los actores de mayor peso en la región: México y Brasil.

La propuesta de México. En la Cumbre de Turkeyen del Grupo de Río en 2007, el presidente de México, Felipe Calderón, expresó su interés en constituir una comunidad de naciones latinoamericanas y caribeñas. En 2008, el gobierno mexicano manifestó oficialmente su interés por conformar una Unión Latinoamericana y del Caribe (ulc), en el marco de las reuniones de los coordinadores de trabajo del Grupo de Río, y lo ratificó en 20093.
Los principios que orientarían las acciones de la ulc, siguiendo lo establecido en la Declaración de Salvador de Bahía eran: solidaridad, flexibilidad, pluralidad, diversidad, complementariedad de acciones, participación voluntaria en las iniciativas. Estos principios se enmarcaron en la búsqueda de un desarrollo regional integrado, no excluyente y equitativo. De igual forma, se hacían votos por la formación de un orden internacional más justo, equitativo y armónico, así como por el aseguramiento de la igualdad soberana de los Estados y el respeto a la integridad territorial y la no intervención. Todo esto, englobado en la promoción de la democracia, los derechos humanos, la transparencia y la representatividad.
La pretensión era que el nuevo foro se constituyera en un espacio de diálogo y concertación política a partir de las seis funciones que desempeña el Grupo de Río: a) diálogo y concertación política; b) interlocución con otros actores; c) concertación de posiciones comunes en foros internacionales; d) impulso a la agenda latinoamericana y caribeña en foros globales; e) posicionamiento de América Latina y el Caribe ante acontecimientos relevantes y f) convergencia de mecanismos subregionales de integración.


La propuesta brasileña. La iniciativa brasileña se materializó mediante la realización de la primera Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (calc), por impulso del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. La realización de esta cumbre se enmarcó en la búsqueda de una mayor autonomía de América Latina y el Caribe, luego de décadas de «olvido» por parte de eeuu y en un contexto en el que surgen nuevos actores globales, entre ellos Brasil. Al igual que otras economías emergentes, Brasil está buscando alcanzar una mayor incidencia en los organismos multilaterales y en la política internacional. Para ello requiere de un contexto regional estable, por lo que ha procurado un mayor desarrollo socioeconómico de sus vecinos. De esta manera, los brasileños han venido cambiado su relación con la región, especialmente con América del Sur, no solo en términos de una mayor interdependencia económica, sino también de mayor responsabilidad política4. De ahí su liderazgo en la creación de la Unasur y en la convocatoria a las calc y su apoyo decidido a la constitución de la Celac. 

Política Exterior de Venezuela

La Política Exterior de Venezuela y la Nueva GeoPolítica



La Política Exterior de Venezuela está regida por los fundamentos de la constitución de 1999 de ese país que establece los principios de independencia, igualdad entre los Estados, libre determinación y no intervención, solución pacífica de los conflictos, cooperación, respeto a los derechos humanos, solidaridad entre los pueblos y la democratización en la toma de decisiones en los organismos internacionales. Según su constitución Venezuela también debe promover y consolidar la integración latinoamericana y caribeña, el desarme nuclear y el equilibrio ecológico.

Todos los tratados suscritos deben ser aprobados por la Asamblea Nacional antes de ser ratificados por el presidente de ese país. El poder legislativo es el único que puede autorizar el nombramiento de los jefes de misiones diplomáticas permanentes y el envío de misiones militares fuera de sus fronteras.

Caracterización y análisis de la actual política exterior de Venezuela

Tal como lo expresa el capítulo VII del Plan Nacional de Desarrollo 2007-2013 titulado  “Nueva Geopolítica Internacional!, la política exterior que adelanta el gobierno del presidente Hugo Chávez Frías se ha distanciado sustancialmente de los paradigmas que orientaron la diplomacia venezolana a partir de los años 60.

        La ideologización de la política exterior

A los efectos de este papel de trabajo vale destacar que aun en el primer Plan Nacional de Desarrollo 2001-2007, los objetivos de la política internación de Venezuela, definidos en el capítulo “Equilibrio Internacional”, no comportaban cambios bruscos con los principios y valores que Venezuela venía sosteniendo desde la instauración de la legalidad democrática en el año 1958. Sin embargo gradualmente, a lo largo de los primeros seis años de gobierno, la ejecución de esa política exterior condujo a un quiebre con los objetivos plasmados en ese documento.

De ser un país en el cual tradicionalmente la acción internacional jugaba un papel constructivo en el ejercicio de la convivencia con las naciones, en la articulación de iniciativas a favor del equilibrio Internacional, n la defensa de la libertad y la democracia, en la consolidación de la integración hemisférica y en iniciativas dirigidas a la búsqueda de la paz, se ha pasado a desarrollar una estrategia internacional con un marcado perfil ideológico, orientada a la construcción de una nueva geopolítica mundial, en la búsqueda de objetivos de mayor liderazgo mundial 

PetroCaribe


¿Que es PetroCaribe?

Petrocaribe es una propuesta que busca la integración de los
pueblos del Caribe, a través de la cooperación energética,
fundamentada en un esquema de intercambio favorable,
equitativo y justo entre los países de Centroamérica y el Caribe.
Esta iniciativa establece entre sus prioridades el desarrollo social y
económico de la región fundamentado en la unión, la solidaridad,
la cooperación, la complementariedad y la mirada hacia el Sur.

¿Quienes lo Conforman?

Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica,
Granada, Guyana, Jamaica, República Dominicana, San
Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y Las Granadinas,
Surinam y Venezuela, crearon Petrocaribe en el año
2005. En 2007 se adhirieron Haití, Nicaragua y Honduras;
mientras que Guatemala se incorporó en 2008.

¡Lo Social es Nuestra Prioridad!

Petrocaribe financia proyectos sociales y socioproductivos, que
generan mejores condiciones para la unión de los pueblos de
América Latina y el Caribe, fortalecen su tejido social y cultural.
A través de un esquema de cooperación no tradicional como es
el Fondo ALBA Caribe, se han desarrollado 84 proyectos en 11
países de la región, por un monto de 172 millones de dólares.

¡Avanzamos en la Seguridad Alimentaria!

El Fondo ALBA Alimentos impulsa la construcción de la soberanía
alimentaria, a través del apoyo al desarrollo rural integral, la
producción agrícola sustentable, la distribución e intercambio de
productos, para enfrentar la especulación y el uso de alimentos
como materia prima para la elaboración de combustibles.
Todos los países del ALBA y Petrocaribe son miembros de este
mecanismo. A la fecha, se ha aprobado el financiamiento de
11 proyectos agroalimentarios en Honduras, Haití, Suriname,
Guyana, Jamaica, San Vicente y Las Granadinas, Nicaragua
y Belice, por un monto de 22,3 millones de dólares.

¡Nuevo Modelo Energetico! 

Venezuela ofrece suministro de crudo y combustibles a los países de
Petrocaribe. Con el fin de que el costo de estos productos no se convierta
en obstáculo para el desarrollo de los pueblos, existe un mecanismo
para el pago diferido de 5% a 70% de la factura, según el precio del barril
de petróleo y sus derivados. La disponibilidad de recursos producto del
financiamiento, permite apoyar proyectos sociales y socioproductivos